sábado, 25 de junio de 2011

Nunca me había esforzado para conseguir nada. Normalmente no me preocupaba y las cosas venían solas por sí mismas.
Mi comportamiento no era que digamos muy bueno, así que, ¿por qué?
El karma debería castigarme según mi actitud, y Dios me dejaría sin nada.
Pero no es así, todo va por su camino, pocas son las cosas que me preocupan y menos aún las malas.

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