Fíjate si fuiste especial, que contigo aprendí a diferenciar una ducha caliente de una ducha caliente

Y debería odiarte.

Y debería odiarte.
Te presentaste en mi puerta el día de mi cumpleaños, por la noche, y con una tarta.
Soplé y pedí mi deseo, y no se ha cumplido.
Debería odiarte

Y que inventen nuevos pecados, que yo los violo contigo

Personas que te hacen reír.
Otras que son un apoyo, alguien en quien puedes contar y que te ayudará.
Hay también algunos que hacen de confesionario, que le puedes contar de todo.
Con ciertas personas tendrás sexo.
Con otras podrás hacer deporte, salir y tomarte algo...
Sin embargo tendemos a buscar a una única persona que nos de todo eso, o al menos la gran mayoría.
Algunos la encontrarán, otros no.
Pero cuando la encontréis, procurad cuidarla.
Una persona que hace que no necesites a nadie más... Créeme, de ésas no hay muchas.

Me encantaba esa pequeña espera desde que entrabas en el portal, subías las escaleras y tocabas a la puerta.
Sonreías, te abría y dejabas el bolso.
Y me besabas, y sonreías.
Y yo no se si sonreía pero no quería que te apartases.
Pero tenía hambre, había que hacer la cena y quedaba aún lo mejor de la noche.
Y si tenía aún más hambre, te acaba cenando a ti.
No sé, supongo que eso era la felicidad