Soy muy dado a escuchar canciones que me gustan y luego aborrecerlas. Descubres una canción, piensas "Joder, qué buena" y a las pocas semanas de cansas de ellas.
"City of blinding lights" destaca sobre las demás. Es un temazo de U2, aunque no su mejor canción pero sí mi preferida (quizás por mi gran debilidad por el piano). Tenemos una relación de amor-odio. La escucho hasta la saciedad y naturalmente me canso de ella hasta que la vuelvo a escuchar y me vuelve a parecer la mejor canción.
Extraño, y nunca ha habido canción que la supere.
¿No os ha pasado eso de aborrecer una canción con las personas?
A mí bastante, siempre por así decirlo. Estás con una persona el tiempo que sea y te acabas cansando de una u otra manera y si vuelves a escuchar esa canción te parece lo más banal que pueda haber.
Mierda, he mezclado conceptos. Bueno, pero se ha entendido.
Pues así es mi vida, descubro una canción, me canso y al tiempo vuelvo a descubrir otra canción que me parece increíble.
No sé, y así llevo 19 años, aún esperando a mi "City of blinding lights" particular
martes, 30 de julio de 2013
domingo, 28 de julio de 2013
viernes, 26 de julio de 2013
En el fondo siempre me ha gustado depender de alguien, y nunca me he arrepentido. No quita que puede llevar una vida sin esa persona, pero siempre he tendido a depender de alguna persona en concreto durante algunos periodos. Tipo: el día se pasa más lento si no hablas con esa persona o una tarde se te convierte en un instante si la pasas a su lado.
No sé, nunca he sido un chaval de grises, siempre blanco o negro.
Y probablemente nunca vaya a cambiar, siempre buscaré a quien haga que una tarde parezca un invierno y que un día entero sea tan sólo un instante
miércoles, 24 de julio de 2013
lunes, 22 de julio de 2013
sábado, 20 de julio de 2013
"Hasta mañana si Dios quiere"
Como si de alguna entidad dependiera despertar o no al día siguiente.
Dios es algo en lo que creer, algo que te da fuerzas, no alguien que te controla.
Las personas que tienen algo en lo que creer, sea lo que sea, son frecuentemente más fuertes. Qué importa que sea un dios, tu pareja, tus padres, hijos o tu propio país... No importa en absoluto. Creer que hay algo por lo que luchar nos da fuerzas.
Por eso siempre apoyaré, aunque no comparta, las religiones. Si cientos de millones de personas tienen algo en lo que creer (y desde el mayor escepticismo) es que algo están haciendo bien.
"Hasta mañana si Dios quiere"
Como si de alguna entidad dependiera despertar o no al día siguiente.
Dios es algo en lo que creer, algo que te da fuerzas, no alguien que te controla.
Las personas que tienen algo en lo que creer, sea lo que sea, son frecuentemente más fuertes. Qué importa que sea un dios, tu pareja, tus padres, hijos o tu propio país... No importa en absoluto. Creer que hay algo por lo que luchar nos da fuerzas.
Por eso siempre apoyaré, aunque no comparta, las religiones. Si cientos de millones de personas tienen algo en lo que creer (y desde el mayor escepticismo) es que algo están haciendo bien.
miércoles, 10 de julio de 2013
lunes, 8 de julio de 2013
Con los libros me gusta ir como con las chicas. Poco a poco.
Leer a diario un poco, aunque sea un par de páginas por el simple hecho de no dejar un día sin haber avanzado nada.
Eso no quita que algún día (sobretodo por la noche, cuando hay poco que hacer), me dé por leer cien páginas y avanzar mucho.
Releer las partes que no entiendo o los trocitos que me hayan gustado.
El final es más como hacer el amor (y claro, el sexo no llega hasta que se está bastante avanzado con esa chica). Estás deseando que llegue para ver qué pasa, pero a la vez no porque no quieres que acabe. Y llegas al final, que será mejor o peor dependiendo de cómo se haya desarrollado el libro, y entonces te sientes vacío porque no hay más, porque la historia se ha acabado.
No sé, a mi me parece una buena metáfora. Cuasiperfecta por así decirlo.
Un libro por lo último que me gana es por la portada (aunque te tiene que entrar por la vista: autor, titulo, contraportada...), porque como lo de dentro no sea interesante... mal vamos.
Y con un final que te haga decir: "Joder, qué bueno". Sí, como si fuera un buen polvo.
Así que nada, sigo con mi libro, que aún me queda por leer.