Ensayo-error.
Ésa podría ser la máxima de la vida. En ello se basa todo experimento científico. Prueba, falla y vuelve a probar. Anda, cae al suelo pero que nunca se te olvide volverte a levantar.
Somos un continuo tropiezo tras tropiezo.
Lo que nos define es nuestra rapidez para volver a levantarnos y nuestra predisposición a seguir adelante sabiendo que antes o después habrá una piedra que te hará caer.
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