Déjate el alma en lo que tengas, sin miedo a perderlo.
Lucha, evidentemente, para que no se vaya. Y pierdas o ganes, siéntete orgulloso.
Luchar y perder no es algo de lo que avergonzarse.
Y siempre sigue hacia delante. Siempre, sin olvidarte de luchar, aunque sientas que no merece la pena.
Algún día darás con la persona que también quiera luchar por ti, y eso debe ser lo mejor del mundo
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