viernes, 14 de junio de 2013

No se cuánto tiempo hacía que no tocaba la guitarra. Pero hoy decidi volver a agarrar aquel cuerpo macizo de madera, "a ver que salía".
Primer acorde, horrendo.
Era de esperar, despues de tanto tiempo se habría desafinado sola. Me lleva poco tiempo volver a llevar cada cuerda a su tono correspondiente.
"Re mayor". Mucho mejor, ahora el sonido era más que aceptable.
Sucesión de acordes, algunas escalas, e incluso me atreví a reproducir los pocos "riffs" que aún recordaba.
Sonaba como nunca.
El sonido de la guitarra junto con el orgasmo femenino siempre han sido lo mejor que puede escuchar uno.Y a cada cuál mejor.
Entonces recuerdas lo que era estar horas y horas tocándola (la guitarra), arrancandole las mejores notas, los tonos más dulces.
Recuerdas la razón por la cual un músico nunca deja de serlo, por qué se pasa la vida pegada a un instrumento.
Recuerdas esas razones que nunca serías capaz de explicarle a nadie por mucho tiempo que empleases, a no ser que fuera a otro músico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario