viernes, 29 de junio de 2012

-Eh, mírame. Chst, ¿Por qué lloras? Ven aquí, ven -Eh, no llores, mírame. Me vas a tener siempre aquí, ¿vale? *Gracias Entonces me secaba los ojos con sus dedos, me miraba y me daba el abrazo más reconfortante

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