martes, 3 de julio de 2012

Ha sido una semana tranquila.
Una semana sin discusiones, pero donde la he echado en falta.
En comparación con otras semanas en las que no hubo discusiones, ésta lo ha sido por no hablar, no debido a una buena racha o que un fin de semana genial tuviera su positiva repercusión.
Echo de menos ese nombre que solía aparecer en las notificaciones del whatsapp el 95% de las veces, esas conversaciones en las que sí me importaba lo que dijera la persona que estaba al  otro lado.
A pesar de las discusiones, de los problemas..echo de menos todas esas cosas que había, esas despedidas por las noches que me hacían soñar con ella, ese saludo por la mañana que me hacía sonreír para que no se me fuese de la cabeza en lo que restaba de día.
Echo de menos llegar a casa y ver que me hubiera enviado 5 o 6 mensajes.
Echo de menos esa sonrisa que me acompañaba durante todo el día.
Y esa sensación.. Ese revoloteo en el estómago los días previos antes de ir a Madrid, esa cuenta atrás que intentábamos hacer parecer lo más pequeña posible en todo momento, ese recuerdo de mi corazón a cien mientras cruza Moncloa esperándola.
Ahora, sin embargo, a tres días de volver a ir, lo único que sentiré serán náuseas al ver que estaré sólo por ese camino, que miraré la dársena y no habrá nadie, que subiré las escaleras y lo único que estará conmigo en la calle será mi sombra.

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